Alguna vez estuve aquí

 Mañana, mañana, mañana, siempre se ve tan distante aunque pose un día al a vez. Un día más para decir que lo puedo hacer, que puedo callar mi cabeza y salir del espiral, pero las voces son más fuerte que el peso de la realidad ensordesedora, se contraen hacia el interior cada vez cabando más y más adentro. ¿Qué puedo decir? si por la mañana al parecer no hay nada, pero al pasar el día comienza de a poco a escabulirse hasta que frenéticamente salta, salpica, embarra todo y llena de pensamientos intrusos que no se callan, nunca se callan. Dejen de gritar.

 Si no lo posteo no vale. Las cartas de puño y letra no existen.

Cuando vi tu cara tapada por la luz en la noche te quise contar un secreto, mi corazón palpitante susurró hacia ti y a lo lejos intentó llegar al otro lado de la habitación junto a mi. Entre varios suspiros te quería hacer entender que es mejor dejar morir lo que alguna vez se arrunó y todo lo que se rompió que con el tiempo nunca se va a poder recuperar. Porque lo que está arruinado no mejora, lo que está roto y es tan frágil es dificil de reparar, ya no es útil, sólo es un lindo adorno para colgar en la pared. Las risas del pasado quedaron plasmadas en un cuadro melancólico que nunca termino de pintar, junto tu risa de cabíz bajo y tu sentido del humor dulcemente absurdo. Quería correr de ahí, converserme a mi misma que la mejor forma de solucionar todo era quedarse y resistir, pero ahora me doy cuenta que el darse por vencido es un don de la convicción, que todo puede salir bien sin tu supervición, que el adiós cuesta menos cuando es progresivo y lento, aunque la aguja cale poco a p

 Pucha, nadie en realidad te explica todo lo que tu cuerpo puede hacer, cuanto se puede expandir y cuanto se puede contraer y lo importante que es tener la noción de lo que lo bonito no siempre es lo máximo de bonito, si quieres quieres algo deberías probarlo por completo, no paso a paso. La vida siempre me entregó sensaciones muy fuerte y cuando por fin eso paró me ayudó a darme cuenta de lo mensa que fui, de lo mucho que me da rabia extrañar un cuerpo que nunca me perteneció, que trataba de validarlo en todo sentido, tanto que me costó mucho mi salud mental y física, tanto que sufrí abandono una y mil veces culpándome todo el tiempo, culpando a mi cuerpo, culpándome a mi por no saber lo que me pasaba, porque pensé que era normal y que sólo me inventaba lo mal que estaba. Me da rabia que nadie nunca se haya dado cuenta, me da rabia que verme bien físicamente me haya entregado toda esa felicidad tan momentánea y efímera que sólo duro lo que duraban mis comidas del día. Me doy un poco d

 Quería dedicarme a decir las cosas que siento, un poco, hablar de todo lo que pasa rápido delante de mis ojos, se eso que me hago partícipe escrudiñando cada pensamiento que paso de largo. Quería decirte muchas cosas que quedaron pendientes, pero qué mas puedo decir? a veces encontré mucho mejor el silencio a que esos sentimientos falsos, ajenos a ti, pero muy propios de mi. Me alcanzó una vida entera, de cansancios, de días borrosos, de cosas que no puedo y no quiero recordar. Mi mente está cerrada, me ahogo lentamente y caigo en la profundidad cálida del no saber con exactitud qué está pasando. Contigo, conmigo, con los demás. Why are you hiding from me?

 Entre varías creencias malvadas encontré la que más me acomoda, una que nunca le dije a nadie y que tampoco pensaba hacerlo. Algo oscuro que viene desde arriba, me corona y me grita que ya es suficiente, que no necesito todas estas cosas, que los lamentos y los llantos son para los que tiene algo que perder, los que tiene tanto miedo de desprender que se niegan a existir. Quizá si tienen miedo a perder, pero qué es lo que tiene que perder? Definitivamente no estoy aquí para perder. Definitivamente no voy a perder La corona de mala intenciones.